Fábrica de mentiras
Por la profesora Rosa Amelia González de Pacheco, publicado en la Columna "Acuerdo Social" del diario Últimas Noticias, el 27 de diciembre de 2015.
El pasado martes 15 de diciembre, todos los monitores del tránsito en Caracas recomendaban desde muy temprano a los conductores evitar el final de la Avenida Libertador hacia el centro, pues la vía había sido cerrada con motivo de la manifestación de los trabajadores de la CANTV por la reprivatización del servicio. Asimismo, muchos ciudadanos fueron sorprendidos por el cierre de las oficinas de atención al público.;
Supuestamente, se confirmaba lo que el oficialismo había advertido a sus seguidores a través de la propaganda electoral: tras el triunfo de la oposición, comenzarían a despojar al pueblo de todos los beneficios concedidos por el gobierno revolucionario.
Paradójicamente, ninguno de los diputados de la MUD que resultaron electos el 6-D había hecho declaración alguna sobre el futuro de la CANTV que pudiese preocupar a los trabajadores. Entonces ¿de dónde provenía tal información? La fuente, se dijo, eran unos twits de la cuenta @roosengustavo, perteneciente a Gustavo Roosen, quien fuera presidente de la compañía en el momento en que ésta era privada.
Previamente, el 13 de diciembre, dos días antes de la manifestación de los trabajadores, el IESA había informado a través de su cuenta oficial en Twitter @IESA que la cuenta @roosengustavo no pertenece a su Presidente, Gustavo Roosen y que por lo tanto, los mensajes emitidos a través de ella no son de su autoría. Adicionalmente, el martes 14 de diciembre, el IESA envió una comunicación al Director General de CONATEL, William Castillo, denunciando formalmente la situación. Dicha comunicación fue publicada por William Castillo en su cuenta @planwac como constancia de recibo, el mismo día 14.
Situaciones como ésta han proliferado en los años de intensa polarización política vividos en Venezuela, en los cuales los ciudadanos hemos estado expuestos a información de todo tipo. Actores políticos y sociales, de ambos bandos, han denunciado irregularidades tales como violación de la privacidad de sus comunicaciones, manipulación de las mismas y hasta la falsificación de información. En ausencia de un mecanismo para comprobar la autenticidad de los mensajes, queda al juicio y punto de vista de cada persona darlos como válidos o no.
El episodio referido en este artículo, del cual soy testigo de excepción, me permite dar testimonio de la fabricación de una mentira. Alguien creó una cuenta falsa de Gustavo Roosen en Twitter y se dedicó a emitir una serie de mensajes orientados a escandalizar a los seguidores oficialistas. Luego, se echó mano a los supuestos mensajes para justificar la protesta de los trabajadores de CANTV.
Los resultados electorales del pasado 6-D muestran que el pueblo venezolano está pidiéndole a gritos a sus gobernantes y dirigentes que moderen la pugna política y se dediquen a resolver los acuciantes problemas de toda índole que tiene el país. Es hora de que cese esta guerra sucia que pretende confundir a los ciudadanos, haciéndoles desconfiar de las intenciones de los actores que no comparten sus preferencias políticas.
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