En una mañana de junio de 1992, José Gregorio "Goyo" Peña, aún no dejaba de pensar en la visita que había recibido el día anterior. Estaba arreglando las mesas y sillas de su pequeño local "Goyos Hot Dog & Deli", cuando John, su antiguo jefe de la empresa McDonalds, la más famosa franquicia de comida rápida, entró al establecimiento con un cumplido y una propuesta. La decisión de Goyo no sería sencilla. Económicamente, la propuesta de McDonalds lucía atractiva y, por supuesto, menos riesgosa. Por otra parte, Goyo confiaba en que existía un elevado potencial en el concepto que había ideado, especializado en fajitas y perros calientes. También tomaba en cuenta que su negocio podría desarrollar otros productos de gran aceptación en el mercado, como las hamburguesas. Pensaba que su nuevo negocio podía convertirse en un gran éxito, pero no podía negar que la oportunidad de volver a McDonalds era muy atractiva.
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