En mayo de 2005, Nelson Ortiz, presidente de la Bolsa de Valores de Caracas (BVC), analizaba por qué las Joyas de la Bolsa, un producto financiero lanzado por la BVC en 2002, habían tenido un desempeño tan decepcionante en función de los volúmenes negociados, al tiempo que, paradójicamente, habían proporcionado jugosos rendimientos a sus tenedores. Las Joyas se introdujeron en un intento por incrementar la oferta de productos financieros a disposición de los inversionistas venezolanos, con la esperanza de incrementar los volúmenes transados en la BVC, los cuales habían caído a unos niveles tan bajos que incluso hicieron peligrar la existencia misma de la Bolsa. Nelson estaba por reunirse con los miembros de la junta directiva de la BVC para discutir si las Joyas debían ser relanzadas o más bien retiradas del corro bursátil.
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