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“La historia es escrita por los vencedores y no por los vencidos”

“La historia es escrita por los vencedores y no por los vencidos”

Valentina Urdaneta U. – La editorial Cognitio Books & Apps, publicó recientemente la 2ª. Edición , la versión en formato de libro electrónico  y un nuevo volumen La Casa de Altagracia, saga de Carlos Machado Allison. El profesor del IESA y escritor, cree que aquella Venezuela de caudillos y de cautivos, aún se extiende hasta nuestros días.


Usted es biólogo, ¿cómo pasó de la biología a escritor de novelas?
El deseo de escribir algo literario  y vinculado a la historia es algo que yo quería hacer desde hacía mucho tiempo. En el camino publiqué hace algunos años un libro que se llama “La aventura tecnológica”. Luego, en 2004, un poco basado en historias de la familia y en cosas que había leído como pasatiempo, decidí escribir "La Casa de Altagracia”. En el 2004 apareció la primera versión publicada en papel y para mi sorpresa en un par de años se agotó. Es una saga cuyo primera parte abarca  el periodo desde 1750 hasta 1828, previo y posterior a la Guerra de Independencia. Es la historia de una familia de hacendados en los Valles de Aragua donde pasan una serie de vicisitudes. La segunda parte cubre desde 1828 hasta el final de la Guerra Federal, el siglo de los caudillos. El tercer volumen lo había guardado porque no había conseguido un editor. De pronto, me contactó una empresa internacional que se llama Cognitio Books @Apps y me planteó la posibilidad de reditar la primera parte y agregar el tercer volumen de la obra, que se llama “Los herederos”. Habrá una continuación, pero no sé cuándo ni hasta donde, porque se trata de escribir en los ratos libres y todos los personajes que aparecen hasta ahora, que son alrededor de 600, tienen una base documental sólida.

¿Qué piensa sobre escribir novelas con carácter histórico?
Como en todas las cosas, la historia es escrita por los vencedores y no por los vencidos, entonces, la verdad histórica es muy difícil. En la novela hay de todo, enamoramientos, locuras, asesinatos. Un personaje central es María Antonia, quien vive hasta muy avanzada edad en una hacienda de la cual entran y salen distintos personajes y siempre regresan a ella. 70% de las personas que compraron la primera edición son mujeres y el personaje que las ha cautivado es María Antonia. Mirada es más ensalzado que Bolívar en la Casa de Altagracia. Creo que por su pensamiento universal, su cultura y su modo de concebir la política. Su concepción es mucho más moderna y de avanzada.

Habla de imponer una cultura donde todavía no la hay y de innovar. Como autor, ¿qué ha significado para usted llevar su novela a una versión digital en tiendas como Amazon y Cognitio Books @Apps?
Fue una aventura muy ligera. Pensé que suponía un esfuerzo mayor. Tenía cierto temor pensando en que debía rehacer mucho de lo que había hecho para adaptarlo al formato de libro electrónico. Todo se hizo de forma muy rápida y eficiente, incluyendo el diseño de la nueva portada.

¿Usted cree que las nuevas generaciones se van a mover por estos nuevos medios o que la cultura se está perdiendo?
Ha habido una pérdida importante de la lectura y el análisis y se han sustutuido por un “recorte y pega” muy superficial. En este sentido, hay un vicio derivado de la tecnología; pero por otro lado, con el libro electrónico surgen nuevos recursos. La primera virtud es el costo. Es mucho más económico este nuevo formato. Después de que hice contacto con esta empresa comencé a entender cómo funcionaba el negocio de los libros electrónicos. Ellos no editan hasta que se realiza el pedido. Ahora, la verdad es que no sé si esto va a tener éxito.

Indicaba anteriormente que necesitaba tiempo para escribir. ¿Cómo combina su rol de profesor en una escuela de gerencia como el IESA con el de escritor? ¿Ha tenido alguna influencia del instituto?
En la novela hay sentido de los negocios. Hay cosas que aprendí siendo profesor en el IESA. Hay otras cosas que vienen de mi profesión de biólogo y del mundo médico, del área de la epidemiología. En la novela, hay relatos sobre las epidemias, sobre los modos de curación de época y sobre el debate que existía entre los médicos sobre el origen de las enfermedades. La novela está enriquecida por muchas experiencias de mi vida. Será que a mí me gusta dar saltos entre carreras distintas.

¿Se atrevería a escribir sobre la Venezuela actual?
No. No creo que esté preparado para eso. Quiero incursionar en otro género donde ya llevo media novela escrita. Es una novela de misterio que ocurre en el mundo de la fármaco-biología.

¿Qué cree que nos queda de la Venezuela de hacendados o la de los caudillos?
Hay mucho. La novela busca resaltar varios temas. En el prólogo de la novela aparece el tratado de Tordesillas, mediante el cual el Papa Alejandro VI  le otorga a Isabel La Católica la propiedad personalísima de las tierras del Nuevo Mundo. Nuestro continente nace sin fines de derecho de propiedad. Venezuela fue una colonia de muy baja categoría, donde era tierra de conquistas buena parte del país. Las bases de la propiedad en Venezuela no tienen un registro histórico o legal adecuado. En el siglo XIX hay una historia que llega hasta nuestros días donde no hay una cultura de los derechos de propiedad. Creo que Chávez actúa exactamente igual a como actuaban los caudillos del siglo XIX. En todos los países donde hay un desarrollo económico importante, existen firmes derechos de propiedad. Por otro lado, a lo largo de todo libro también está el tema de que el pobre nunca es libre, y como el pobre no puede dejar de serlo en nuestras sociedades porque no hay firmes derechos de propiedad, la pobreza persiste hasta nuestros días, donde los habitantes de nuestros barrios no son dueños de las tierras que ocupan, ni los habitantes de los edificios que construye el Gobierno son dueños de sus apartamentos. Al final lo que tienen es una percepción muy temporal de su presencia. No hay una motivación firme para dejar de ser pobre. 

¿Cómo se puede dejar de ser pobre?
Transando una propiedad, vendiéndola, alquilándola y todas las cosas que prohíbe la Ley de Reforma Agraria en Venezuela. Ellos están ahí, son transeúntes, son temporales en las tierras donde viven. 

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